lunes, 12 de agosto de 2013

No es gestión, es ideología.


A la vista de las trabas que supone la ardua tarea de mentalizar a la mayoría de la estafa que esconde la crisis, de las dificultades que entraña el persuadir al grueso de la gente y al común de los mortales -a pesar de la nitidez y claridad que presenta la realidad para algunos sectores ilustrados y medianamente formados- que, desprovistos de grandes conocimientos políticos, no se empapan del trasfondo ideológico que subyace en la crisis y la gestión de ésta, traslademos el debate a lo puramente cuantificable y medible. 

Y, en ese sentido, hay dos datos irrebatibles y empíricos, totalmente ilustrativos y acreditativos del modelo laboral decimonónico y regresivo que están implantado con el pretexto de la crisis. Estos datos, en síntesis, son los siguientes:

-Desde 1996 a 2004, los beneficios económicos de las grandes empresas y corporaciones, técnicamente conocidos como excedentes, se incrementaron un 70 %. Actualmente, aún en "recesión" sus rendimientos siguen aumentando, sin que se hayan impuestos cargas y gravámenes fiscales adicionales sobre estos excedentes.

En contraposición, los rendimientos del trabajo, es decir, el poder real y adquisitivo de los trabajadores en forma de salario, ha descendido un 4%. No sólo el salario no ha crecido en época de bonanza, como lógicamente podría pensarse, sino que ha decrecido. ¿Sorprendente? ¿Casualidad? NO! Ideología neoliberal , pura y dura.

-Por primera vez, desde el inicio del régimen del 78, la distribución del PIB entre beneficios empresariales y salarios de los trabajadores, arroja un saldo favorable a las empresas. La aportación al PIB del excedente empresarial es superior a la aportación al PIB del rendimiento salarial, de la renta de los trabajadores.

Todo esto obedece a razones netamente ideológicas.
Se llama lucha de clases y la van ganando los ricos, como bien ejemplifico Warren Baffet.


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